Transferencia y Síntoma en la Escuela

TEXTOS | Resonancias

Transferencia y Síntoma en la Escuela

Por Francisco Pisani

La transferencia hacia la NEL

Cuando pensaba en esta presentación, me preguntaba cómo decir una experiencia común – la creación de la Escuela-, como también, cómo transmitir las resonancias que son lo estrictamente singular. Recordé a Walter Benjamín que a comienzos del siglo pasado hablaba del fin de la experiencia por el avance de la experimentación, como también la pérdida de la narración por la información. De esta manera el psicoanálisis y la Escuela de Lacan son para nuestra época un oasis de experiencia, una rareza en tiempos del predominio de la imagen, la experimentación y la información. Narrar la experiencia de la Escuela en sus resonancias, implica la puesta en palabras de eso que se resiste a pasar por ella, pero que sin embargo no se trata de lo inefable, sino de dar un lugar a la experiencia de lo inconsciente.

Estas claves me permiten situar en la creación de la Escuela, lo que puedo nominar como «una experiencia de lo inconsciente», expresado en un sueño, en la conmoción de algunas identificaciones, como el efecto de agujero producto de una interpretación que me reenvía a mi propia soledad con la causa analítica que me anima.

Fue una experiencia común que sin embargo es estrictamente singular y lo que deja como saldo al menos para mí, es la resonancia de la interpretación y la experiencia de lo inconsciente en la Escuela. Me sirvo de una frase que Lacan dijo solo una vez para nominar lo que he venido desarrollando: «el inconsciente es la política».

Clara Holguín presidenta de la NEL dijo en una entrevista al comenzar sus funciones, que privilegiará lo analítico. En el recorrido de la creación de la Sede de la Escuela de Santiago de Chile es posible constatarlo.

Para que se instale la transferencia es necesaria la interpretación, que del lado del analista cobra el estatuto de acto, y para el analizante abre la partida para una entrada en análisis. Una vez que el analizante ha podido localizar «eso» de lo que padece y no anda, es decir el síntoma, es posible situar la doble cara que lo compone: por un lado una satisfacción y por otro una solución ante la relación que no hay. Entonces si una entrada en análisis implica al menos la nominación del síntoma posibilitados por la transferencia simbólica, es posible sostener que la posición analizante en la Escuela supone la localización y la nominación del síntoma en una ética del «bien decir».

 

Una política del síntoma

Una de mis entradas al psicoanálisis ha sido por la vía de la literatura y el arte que cada vez más, ha ido tomando la forma de una pregunta por ¿qué es lo que el campo del arte le ha enseñado y sigue adelantando en sus pasos al psicoanálisis?.

De esta manera me encontré con una entrevista que Marguerite Duras realiza al pintor Francis Bacon, en ella le pregunta por ¿cómo es su técnica al pintar un cuadro? y es verdaderamente reveladora por lo que enseña al campo del psicoanálisis, específicamente sobre lo que Bacon llama «el accidente» y como debe apuntar al fuera de sentido, condición necesaria para su obra. Cito:

«Espero lo que llamo «el accidente»: la mancha desde la cual saldrá el cuadro. La mancha es el accidente. Pero si uno se para en el accidente, si uno cree que comprende el accidente, hará una vez más ilustración, pues la mancha se parece siempre a algo. No se puede comprender el accidente. Si se pudiera comprender, se comprendería también el modo en que se va a actuar. Ahora bien, este modo en el que se va actuar, es lo imprevisto, no se lo puede comprender jamás…»

La mancha es un trazo que se inscribe en una superficie, está ahí y puede ser leída pero no comprendida, es la condición necesaria para armar la obra. La mancha es contingente, y el sentido la aspira para transformarla una vez más en ilustración. Es la acción de un artista, lo que permite mantener sus estatuto de mancha fuera de sentido, de accidente y que lo imprevisto se aloje en su corazón. De esta misma manera el analista espera el accidente, el fallido, un sueño, la mancha significante para otorgarle el estatuto de letra. La interpretación psicoanalítica apunta a romper la cadena significante, para agujerear el sentido y resonar en el cuerpo.

Lacan en el Seminario 11 presenta el inconsciente en un movimiento de apertura y cierre, el misterio de lo inconsciente emerge como accidente, pero luego es absorbido por lo simbólico. Es decir, que en la Escuela, cada uno en su relación al inconsciente haga de ella un lugar en que la mancha se mantenga como accidente, lo que supone sostener lo imprevisto en el horizonte