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Unas enseñanzas únicas
El pasado 6 y 7 de abril, en la ciudad de Bogotá, tuvieron lugar las I Enseñanzas del pase de la Escuela Una en la NEL, imborrable acontecimiento de Escuela que se llevó a cabo en un ambiente alegre y conmovedor, y que nos causa a continuar extrayendo saldos de saber a partir de sus efectos y enseñanzas. Este boletín se sirve de esos efectos para compartir con la comunidad analítica algunas resonancias de esta experiencia de Escuela, desde las contribuciones de colegas que aceptaron la invitación realizada por la comisión del Seminario de Textos Políticos local para provocar una conversación de Escuela, llevada a cabo en la sede el 23 de abril.
En ellas podemos reconocer las marcas singulares que deja este inédito encuentro, tanto de los testimonios de tres AEs de la Escuela Una (María Cristina Giraldo, Raquel Cors y Alejandro Reinoso), de las interlocuciones de la Presidenta de la AMP (Angelina Harari) y de la Secretaria del Pase de la AMP (Anna Aromí), así como de la conversación sobre Política y Escuela Una.
De este modo, encontrarán a continuación elaboraciones desde la singularidad de trabajadores decididos causados en el esfuerzo de interpretar la Escuela, en situar cómo se produce el tratamiento del “no querer saber” en los testimonios de los AEs, en bordear lo vivo de la inconsistencia de la Escuela del pase y de perseverar en el fracaso, en pensar la disolución como principio de Escuela, en abrir las preguntas que hace resonar ZADIG en la NEL, por mencionar algunas. Relevantes y necesarias claves de lectura para dar un paso más en el trabajo de Escuela y para interpretar el síntoma de la sede.
Sumamos a este número, un enlace donde podrán encontrar un video realizado por iniciativa de la comisión de medios y difusión de la NEL-Santiago, el que reúne resonancias de miembros de la NEL durante el encuentro en Bogotá, y que enriquece aún más este imprescindible boletín.
Son entonces, algunas consecuencias de poner el pase al centro de la experiencia de Escuela, trabajo al que somos convocados cada uno de los que elegimos formarnos en la Escuela de Lacan, y que consentimos a perseverar e incomodarnos para fracasar cada vez mejor, advertidos, como señaló Angelina Harari, que “Lacan escogió el campo del deseo cuando se trata la incidencia del análisis en la producción del analista, y Jaques-Alain Miller lo radicaliza en el pase, diciendo no es analizando a otros como alguien deviene analista, sino más bien analizándose a sí mismo”, y que, como subrayó Anna Aromí, para hacer avanzar la Escuela hay que avanzar en los análisis de cada uno, enseñanzas que tan bien nos pudieron transmitir María Cristina Giraldo, Raquel Cors y Alejandro Reinoso. Nuestro agradecimiento a todos los que hicieron posible este precioso e inolvidable encuentro.
¡Buena lectura!
Carlos García Gaviola
Consejero Federativo de la sede
Responsable del Seminario de Textos Políticos local
Ana María Sanhueza I.
El día sábado 06 de abril, en Bogotá, se llevaron a cabo las I Enseñanzas del pase de la Escuela Una en la NEL, jornada memorable que contó con tres testimonios de AEs en ejercicio: Alejandro Reinoso, Raquel Cors y María Cristina Giraldo.
En algún momento de estas enseñanzas, se mencionó una frase que captó mi interés: Alejandro iniciaba, Raquel continuaba y María Cristina finalizaba.
Me pregunto, ¿inician, continúan y finalizan qué? La experiencia de testimoniar durante tres años cómo alguien deviene analista, cómo cada uno habla de su ficción, de su verdad mentirosa y cómo se las arregla con lo que cada uno sabe que no anda. Angelina Harari, citando a Jacques Alain Miller, dirá que no es analizando a los otros que alguien deviene analista, sino analizándonos. Se transmite entonces un saber hacer, singular, que le sirve solamente a quien testimonia pero que enseña.
En la interlocución a María Cristina Giraldo, Anna Aromí le dirá que a los AE se le dan estos tres años para que se trabaje, para que se reconcilie con el agujero, con el vacío, con lo que saben que no funciona. Luego, tendrán que poner en funcionamiento lo que han trabajado durante este tiempo en la experiencia de Escuela.
¿Se termina algo entonces? Los tres años que se testimonian tal vez, aunque debe ser difícil desprenderse de la experiencia que vivifica. Lo que no termina es el trabajo continuo de interpretación hacia la Escuela, porque la experiencia del pase, se hace en la Escuela.
Al finalizar la tarde del día sábado, Anna Aromí anhelaba que algo de estos pases pasara, que solamente veríamos esto si en la semana nos encontrábamos hablando de ello en el diván, en nuestros análisis.
Entonces, ¿qué efectos de enseñanza? Por un lado, algo pasó, tan singular que tuve que llevarlo a mi análisis y me encontré hablando, en el diván, de algo que no anda.
Por otro lado, que no es exclusivo de los AE interpretar a la Escuela, es responsabilidad de todos los miembros. Como eco interpretativo que resuena para interrogar el síntoma local, estas enseñanzas me invitan a estar atenta a una de las repeticiones que aparecen en la sede, es decir, la tendencia a ubicar a la sede en el lugar del falo, a la autosegregación, síntoma que se fortalece con la idea de que la sede NEL Santiago “tiene” dos AEs, más aún, con ciertos acercamientos de colegas que me señalaban: “¡Eeehh NEL Santiago! Ustedes que tienen dos AEs!”. Diría entonces que no conviene starificar a los AEs, pero también starificar una sede. Ninguna starificación conviene a la Escuela.
Claudio Morgado
Cuando Carlos García me invitó a escribir resonancias, después del sí inicial, me surgieron dos caminos para responder. La primera atada a cómo un “no querer saber” queda ubicado en los tres testimonios y la segunda vía, apuntaba a la cuestión de cómo se puede leer un testimonio de un AE.
En la primera, me interesó abordar los testimonios del lado del “no quiero saber nada de eso” dicho por Lacan en la primera clase de Aún. En el caso de María Cristina Giraldo llamó mi atención el “nada es tan negro, ni tan blanco”. La enseñanza de ese punto me viene por la dignidad y humildad de regalarnos algo tan aparentemente obvio de ubicar, pero tan difícil de asir. Hay blanco y negro, a la vez que matices, este último se me presenta como el no querer saber en donde los polos blanco y negro servían de sostén. En lo testimoniado por Raquel Cors, puedo ubicar la cuestión del “no quiero saber” del lado de lo que hay de sesión analítica en control. La entrada en su último tramo de análisis a través de la pregunta del controlador “¿está deprimida?” Ésta toca un punto en el que queda concernida íntimamente y que hace pasar por un colega que sanciona lo que ella, Raquel, sabía, pero no terminaba de dar crédito, dar un paso más hacia el saber sobre el propio caso. Con Alejandro Reinoso, en el “tú no sabes lo que es tener hambre” se delimita, según mi lectura, que esa marca de no saber del hambre se encarna en realizar una posición de hambriento respecto del saber y esto último ligado al oír. Con delicados matices, lo que señalo en el caso de María Cristina y Alejandro, enlazan a un Otro que da consistencia al parlêtre, uno del lado del estrago y el otro, del lado del deseo. Con Raquel, llama mi atención, la función del analista que hace oír y descubrir en el control, un punto opaco de la propia existencia. Destaco la generosidad de los tres AE en compartir estos puntos.
En relación con lo segundo, es repetido apuntar que estar escuchando un testimonio es diferente que leerlo, precisaría diciendo que es diferente leer corporalmente un testimonio. Algo en las pausas, los énfasis, las puntuaciones verbales lo toca a uno de manera diversa, lo cual, considero particularmente vibrante en los momentos de interlocución. En tal sentido, si bien tiene un efecto de causa en lo personal ir a escuchar Testimonios del Pase, es aún más interesante, poder hacer la lectura posterior, ya con el texto publicado, de las diferencias en lo que puntúo en uno y otro momento. Destaco esto, ya que puede ser un modo de trabajar los efectos de lecturas de un pase. En tal sentido, las enseñanzas del pase, con los testimonios, interlocución y conversación, ha sido en lo personal, un laboratorio fecundo para orientar el trabajo hacia la Escuela.
Felipe Maino
Claroscuro, es la solución a la que llegó Giraldo para “estetizar” lo que fue un “mundo de sombras”, dice en su último testimonio. Escucho en esa estética una pista para pensar la inconsistencia de la Escuela del Pase.
Inconsistencia, palabra extraña, desacreditada en lógica clásica, inusual para el sentido común. Con todo, se la escuchó, la escuché bien ese sábado en que el Pase ofrecía su enseñanza a la Escuela en Bogotá: la paradoja fecunda de demandar la garantía al “Otro inconsistente”, señalaba Giraldo; Aromí, por su parte, citaba a Miller para recordar que los tres años de testimonios de un A.E están ahí para ser usados con el fin de “reconciliarse con la inconsistencia”. ¿De qué se trata en esa inconsistencia fecunda, buscada?
Harari en su conferencia inaugural situó al pase como un “espejismo”, pues con constatarse la satisfacción que marca el fin de análisis, se constata también la insistencia de la “verdad mentirosa”; se pregunta entonces si el pase es acto o si es ficción. Claroscuro me viene como respuesta. Señaló también Harari que Lacan admitió que el fracaso de la proposición del pase le permitió “perseverar”; un fracaso como elaboración de saber pero que no exime al A.E de su obligación de “producir y enseñar”.
Creo aprehender que es cuando el saber universal fracasa que lo que se produce y enseña no es ya lo claro y distinto del ideal cartesiano, sino ese claroscuro fecundo en el que opera la vida. Alejandro Reinoso enseña en su testimonio que el huir por la vía del oír insiste en su solución (Ouïr) pero con el sí (oui) que le permite ni huir de su mujer ni oír demasiado. Raquel Cors, a su vez, “a-ferrada” a los fierros que la hacían demasiado fuerte logra sostenerse y aferrarse a la vida.
Giraldo expresó una linda distinción del final: “pasar de la confianza como significante de la transferencia a la confianza en la Escuela”; esto motivó una pregunta que me interesó muchísimo y que comparto y conservo para el trabajo por venir: ¿Qué es analizarse con la Escuela? Aromí clamó por el esfuerzo de cernir la cura lacaniana a partir de la orientación por lo real, e invitó a habitar la topología lacaniana; compartió su necesidad de “calibrar” la cercanía de su comunidad analítica con el pase para permitirse ella habitar su ultrapase.
Al final de esa primera jornada se hizo un elogio al “perseverar”, significante que aparece en el esfuerzo de trasmisión de Cors, y en la cita de Lacan respecto del pase y el fracaso. Quizás perseverar sea perverserar, esa per-versión que lleva luz sinthomática a lo oscurecido por el tapón fantasmático, haciendo de la estética del claroscuro la ética de tocar con la palabra el cuerpo de goce.
Joaquín Carrasco
Una frase dicha en la reciente Jornada en Bogotá me ha quedado resonando, resonancia que les comparto para pensar sobre la formación analítica y el trabajo de Escuela.
En una época en que el amo promueve la ilusión de un éxito ilimitado, una acumulación progresiva de triunfos, una colega invitó enfáticamente a “fracasar mejor”. El witz se produce por la contradicción entre ambas palabras, cuando está tan instalada la idea de que lo mejor es evitar el fracaso. Además, sabemos desde Freud que triunfo y fracaso pueden ir de la mano.
Dos acepciones para el significante fracaso : “ Resultado adverso en una cosa que se esperaba sucediese bien ” y “ Suceso adverso e inesperado”. El fracaso pone en relieve la imposibilidad de alcanzar el ideal, por más cerca que se crea estar. En la carrera exitista, el fracaso se impone como un real. ¿Qué sería “fracasar mejor”?
En Sutilezas analíticas, Miller distingue los análisis que comienzan de aquellos que duran. Los que inician producen efectos de sorpresa, descubrimiento y en varios casos efectos terapéuticos importantes. Los análisis que duran, en contraste, llevan al encuentro con la monotonía de la repetición y el tedio de la pulsión. En otras palabras, el fracaso de lo terapéutico. Ahora bien, no se trata de quedarse pegado en el fracaso, eso sería fracasar peor .
Los testimonios enseñan que hay momentos del análisis, y por ende de la formación, que implican el encuentro radical con lo adverso, encuentros con lo real que remiten al “no hay relación sexual”. Los AE refieren al “hueso duro de roer”, y nos enseñan que para llegar al final se vuelve necesario perseverar, otro de los significantes que me ha quedado resonando. Dar lugar a lo adverso e inesperado, para luego darle un tratamiento. Podríamos decir que el pase se funda en un fracaso, pero también en un éxito, si lo consideramos desde su etimología exitus , que significa salida. Justamente la semana pasada en una reunión de ZADIG LML, nos preguntábamos por los distintos modos de abordar la cuestión del éxito.
Fracasar mejor y perseverar, en la propia formación y también en la Escuela. Tanto en la Escuela Una como a nivel local, en lo que a veces se ha denominado como la “sede más grande de la NEL”. Contamos con la interpretación para situar los ideales propios de nuestra época y cultura, y para agujerear las ilusiones de grandeza que van en contra del discurso analítico.
Alejandro Góngora
Para estas resonancias quiero perseverar con un significante, un significante que ya he traído otras veces, pero que después del encuentro en Bogotá reverbera nuevamente. Disolución como principio básico de la escuela.
Hay que perseverar con la disolución, que es justamente lo que introduce el dispositivo del pase y los testimonios en la escuela. El pase demuestra que no hay una sola manera de autorizarse, como decía Angelina, es lo que escuchamos en los testimonios.
Que el AE demuestre que no hay una sola manera de autorizarse tiene un efecto de disolución, porque desmonta el funcionamiento del grupo, es decir, el para todos que siempre es un peligro para la escuela. Al descompletar en algún punto disuelve al grupo, lo obliga a reconfigurarse y es desde ahí que pueden aparecer nuevas invenciones. Si hay invención es porque hay disolución. Se disuelven las viejas soluciones para crear unas nuevas, eso genera nuevas preguntas, nuevos agujeros a circunscribir.
Por eso el AE es una función, no un titulo o un reconocimiento, no es una chapita ni el salón de la fama, es la función de la disolución encarnada. Una función que no tiene consistencia, que se desvanece en 3 años y que hay que intentar aprehenderla en un instante evanescente, por eso es breve.
En el encuentro recordé un concepto japonés. ¡Otra ves los japoneses!, sí, persevero. Mono no aware o simplemente aware es un concepto que se refiere a esa singular sensibilidad o empatía que los japoneses tienen por lo efímero. Es la capacidad de conmoverse, sorprenderse, resonar con lo efímero. En particular esto se expresa en el Hanami, la fiesta donde los japoneses se dedican a observar el florecimiento de Sakura, los cerezos, lo que tiene una duración breve.
Captar la vida en un instante efímero.
No alcanzar a agarrar un pétalo en el aire.
Después de ese instante el cerezo se disuelve.
Solo queda el roce de un pétalo en la mejilla.
Me pasa que la experiencia del pase, de escuchar los testimonios me parece increíblemente poética y lo poético no está solo en el impacto que produce un testimonio al ser escuchado, sino, en que uno sabe que lo que logró captar ahí se diluye en ese mismo instante.
Si algo me deja este encuentro es el saber consentir al instante, el desear lo breve, desear el próximo encuentro que ya vendrá y que también se disolverá como pétalos de cerezos flotando en el aire en su levedad.
En lo leve esta lo fuerte de la escuela.
Paula Iturra
Dos intervenciones de Angelina Harari de ese domingo 7 de Abril me quedan sonando y me ponen al trabajo… ¡Salió con su Domingo 7![1]
Para abrir la Conversación luego de la presentación de los trabajos de los colegas, escucho el énfasis que da a la diferencia entre lo que fue el trabajo del día anterior sobre la Enseñanza del Pase y lo que corresponde a este otro momento de la Política y la Escuela Una. Más allá de diferenciar instancias de trabajo en términos metodológicos, es un llamado a nosotros, los miembros, respecto a nuestra implicación en la Escuela. ¿Cómo pensar entonces la formación en la Escuela del Pase que ahora nos orienta en la NEL, y la Política y la Escuela Una?
Por un lado no hay Escuela sin Pase, ni Pase sin Escuela. Es necesario que la Escuela funcione para que el Pase tenga su lugar, que los trabajadores decididos perseveremos por preservar el Psicoanálisis. Pero creo que hay una provocación más, que los miembros no nos quedemos dormidos porque ahora “tenemos” AE. Un esfuerzo más, para la NEL despierta, que los miembros podamos leer e interpretar la Escuela.
Con la segunda intervención, puedo leer la primera. Harari pregunta por qué en la Conversación nadie trae el significante ZADIG. ¿Qué hay en lo que no aparece? ZADIG y la nueva relación del Psicoanálisis con la Política. Incomoda. Recordemos que Miiller en «Campo freudiano, año cero» señala: “Todo recomienza, sin ser destruido, para llevarlo a un nivel superior”[2]. No sólo se trata de una interpelación desde el Psicoanálisis al campo político, sino también para despertar a las Escuelas en su buen funcionamiento.
La Escuela Una es el esfuerzo para hacer un trabajo orientado común, a la vez deconsistir lo grupal, local, nacional… porque siempre está esa inercia… que la Escuela una, sea una unión, una unidad, como en cada análisis hay que volver a perturbar. ZADIG es esa extimidad para las Escuelas…
¿De qué no podemos hablar en particular en la NEL? Recuerdo que el tema del silencio apareció el año pasado en una Conversación Política de la NEL.
Los dos asuntos que movilizaron a Miller y a la AMP a comienzos del 2017 fueron las amenazas al Estado de Derecho y la Democracia en Francia y Venezuela. Fue unánime y consistente la fuerza para estar en contra de la elección de Marine Le Pen en Francia, pero no fue así respecto a la Crisis de Venezuela. Se abrió “El Debate Venezuela”, dando paso a la palabra, pasiones y elaboraciones que no cerraron en un punto final.
¿Qué hará o no resonar ZADIG en la NEL respecto al “Debate Venezuela”? ¿Qué perturba?
Algunas piezas sueltas para una recién llegada a la NEL. Antecede a la creación de NEL, la fundación de la Escuela del Campo Freudiano de Caracas. Producto de un malestar que devino en crisis, la que no pudo dialectizarse, la consecuencia es su disolución. ¿Qué resto de eso hoy?
Resonancias del encuentro en Bogotá
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