Boletin 10

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Boletin #10| Diciembre 2017:
«A un año de la creación de la NEL-Santiago»

Editorial:
Un año. La conversación de escuela. Un acontecimiento

El Comité Ejecutivo de la Escuela nos invitó a celebrar nuestro primer año de vida de Sede con una conversación de escuela. Experiencia inédita. Invitación a trabajar, uno por uno a los miembros de la Sede. Una escuela uno por uno, convocados a dar cuenta de su enunciación en torno a las preguntas sobre el lazo de escuela y los destinos de las identificaciones, cada uno en su soledad agujereado por la pregunta, por la contingencia de la invitación sorpresiva, la inminencia de un encuentro, fuera de serie. Cada uno intentando responder desde su lugar. Reapertura del agujero, ¿qué decir?, ¿desde dónde?, ¿qué lazo hago al otro de la escuela? Nos saca de lo obvio, del sentido, toques de angustia para algunos, retoques sintomáticos para otros. La analogía con la sesión analítica es clara.

Agradezco al Comité Ejecutivo, a Clara, a Marcela y a Raquel, la invitación, la presencia encarnada ese día con miembros y asociados, el trabajo con el directorio, la interlocución directa, la orientación precisa y la incomodidad que despierta al analista sujeto analizante con el cuerpo vivificado. Agradezco a los colegas miembros que pusieron el cuerpo y su enunciación, a los asociados que asistieron activamente. Este acontecimiento trae a la sede el Lacan vital, la apertura a interpretar el sujeto escuela de la orientación de Miller, enmudece el saber universitario que nos ronda y restituye la docta ignorantia. Entonces, no sé, no sabemos y ¿qué haremos con eso? Eso plantea un desafío: sostener y elaborar este acontecimiento, que la dimensión del acto y su marca relance libido hacia algo por construir e inventar.

El significante en torno al agujero y al cuerpo insiste: dejarse… dejarse… enseñar, orientar, tocar, resonar, incomodar y varios otros. Dejarse enseñar conlleva que algo deje huella, reoriente, uno por uno, para velar y no volver.

¡¡Que mejor manera de celebrar!! Un regalo sorpresivo en nuestro primer aniversario. Un regalo analítico.

Alejandro Reinoso
Director NEL-Santiago

 

Lo trabajado en algunos Seminarios de la NEL Santiago 2017

STP: Conversaciones de Escuela y de Política Lacaniana desde la orientación del Pase

Carlos García Gaviola, Consejero de la Sede.

En la primera reunión del Consejo Federativo de la NEL, Julieta Ravard hace una pregunta que nos ha servido de orientación al momento de pensar el trabajo realizado durante este año en el Seminario de Textos Políticos: ¿Cómo la experiencia inaugural de la Sede de Santiago nos puede enseñar acerca del pase?
Pregunta crucial pues localiza en ella un modo de hacer consistir el agujero en la Escuela y ponernos al trabajo causados por la investigación de uno de los dispositivos esenciales de la Escuela de Lacan. El pase, puesta en acto de cómo la política y la clínica son indisolubles la una de la otra, y como forma de verificar que el analista sólo se encuentra uno por uno, una vez que decide dar testimonio del cómo llevó la experiencia analítica hasta sus últimas consecuencias.
La propuesta del Seminario de la NEL tuvo entre otros objetivos encontrar medios para hacer existir la Escuela en cada Sede. Esto implicó el deseo y la decisión de conformar una comisión para encontrar formas de hacer retornar el trabajo en el Consejo y en las Conversaciones Políticas de nuestra Escuela a nivel local. De este modo, junto a Paola Cornu, Raquel Cors y Paula Iturra fuimos definiendo qué propuestas hacer y cómo poder articularlas con las necesidades particulares a nivel local.
Esto tuvo como consecuencias principalmente dos cosas: la primera, instalar un espacio de conversación que evitara decididamente una posición sostenida en un saber previo, pues lo que se buscó privilegiar es la posibilidad de sostener preguntas y encontrar puntos de no saber, así como dejar puntos suspensivos que sirvan de brújula para pensar cómo continuar en el encuentro siguiente. En segundo lugar, ir encontrando invenciones que causaran el trabajo, lo que dio la oportunidad de considerar diversas iniciativas, como por ejemplo, interrogarnos por el acto analítico, la presentación de casos por parte de Miembros que permitieron pensar los anudamientos entre clínica, episteme y política lacaniana, del cual el pase y el Analista de Escuela se sitúan como puntos de orientación.
Como una manera de continuar el trabajo llevado a cabo en el marco de las Conversaciones Políticas que se han realizado en diferentes Sedes para toda la NEL, se llevó a cabo una reunión que tuvo por finalidad, al modo de un S2, continuar el esfuerzo de elaboración y de extracción de enseñanzas de la transmisión de AEs de la Escuela Una, actividad a la que tuvieron posibilidad de asistir Asociados causados con la formación política y de Escuela.
Finalmente, cabe destacar el trabajo de lectura de testimonios del pase María Cristina Giraldo, AE de la NEL, posibilitando reflexiones acerca de lo que cambia y lo invariante de la satisfacción sinthomática, y de cómo esto puede ser tratado singularmente en la Escuela.
Aprovecho la oportunidad de agradecer a Felipe Maino, Claudio Morgado y Ana María Solís, Miembros de la sede que generosamente aportaron con su trabajo y sus iniciativas en la búsqueda de ir creando experiencias de Escuela durante este año en el Seminario.

 

Las enseñanzas del SIPA

Claudio Morgado, Alejandro Reinoso.

El Seminario de Investigación sobre la Práctica Analítica en el espacio local ha sido toda una enseñanza para nosotros en tanto responsables. Ha sido enseñanza en la medida en que hemos tenido que ser dúctiles a los movimientos que han estado implicados en el surgimiento de este espacio en la NEL. Las enseñanzas de todos modos, podrían pensarse en a lo menos dos aspectos.
El primero de ellos se vincula muy fuertemente con lo que los Miembros y Asociados, han podido, generosamente, compartir de su práctica. Han sido a veces interrogantes, impasses, elucubraciones y otros elementos concernientes a la práxis, los que han permitido sostener lo inacabado que se encuentra al centro de lo que hace un analista. Aquellos momentos fecundos han sido, sobre todo, los que refieren a cuando algo no ha andado, cuando algo, aparentemente falló. Poner a trabajar aquellos puntos y otros de los cuales la sede puede dejarse enseñar, ha sido favorecido por aquellos que han podido animar una conversación respecto de algún punto sensible. La heterogeneidad de cómo puede ser apreciado un detalle es algo que insiste en las reuniones. La idea de que no trabajamos de manera equivalente entre colegas, que cada cual puntúa elementos distintos, ha sido a través del disenso. Es central poder diferir, eso permite que las cosas se muevan.
Lo último se encuentra anudado con lo que ha operado como una enseñanza en tanto responsables del Seminario acá en la Sede NEL Santiago. La posibilidad de que la práctica de algún colega fuera el tema de discusión, el punto de enseñanza, implicó hacer una rectificación en la modalidad de trabajo. Una comisión que, aunque fulgurante en términos temporales, tuvo prósperos efectos en la lógica del trabajo y ha sido muy importante en la medida en que supo interpretar que algo no andaba. A lo anterior se sumó la orientación de nuestra Presidenta Clara Holguín en Julio recién pasado, ella alentó un punto de inflexión en lo que se venía haciendo. Ella enfatizo la diferencia. Las consideraciones que nos dejaron tanto Clara como la comisión, permitieron poner al centro, de manera decidida la práctica.
Uno de los cambios esenciales ha sido orientar el paso del comentario a la interlocución de la práctica presentada, lo cual implica ir a interrogar a preguntar sobre la práctica, evitando que la aparición de un S2 cubra con la clínica el esfuerzo de transmisión de la práctica analítica. Este cambio de orientación hacia la interlocución aún es tenue y requiere todavía un ejercicio y esfuerzo más para poner al centro la práctica.
Quedamos causados a seguir trabajando en lo que respecta la práctica, con la orientación a hacer existir la orientación de la NEL, en el sentido de poder anudar este Seminario, con los otros dos. Estamos en vía de pensar cómo ponernos al trabajo en esa vía, sabemos hay una responsabilidad ahí.

 

Reseña de la actividad del SFL

Silvia Macri

Tal como la invitación del Comité Ejecutivo de la NEL lo propone, en el SFL como vector epistémico de la formación, luego de una introducción de los temas propuestos por la AMP para los próximos encuentros, partimos tomando como eje de nuestro trabajo los «Asuntos de familia en el inconsciente» , invitando a miembros y asociados a investigar y presentar trabajos sobre los ejes propuestos por los organizadores del Enapol.
Las distintas mesas de trabajo llevadas a cabo mensualmente permitieron no sólo la presentación de los trabajos y sus comentarios, sino que suscitaron interesantes debates de mucha actualidad clínica, permitiendo a miembros y asociados dar cuenta de sus distintos estados de investigación sobre el tema.
Todo este recorrido dio por resultado la elaboración de varios trabajos que fueron presentados en el Enapol
Pasado el encuentro continuamos con el tema del congreso: «Las psicosis ordinarias y la otras bajo transferencia» , de la misma manera que al comienzo se invitó a presentar breves textos para comentar y discutir, pero en esta oportunidad nos encontramos con presentaciones que en su mayoría incluían casos y viñetas clínicas, poniendo en evidencia el interés de miembros y asociados por conversar sobre su experiencia.
Fue así como trabajamos tanto teórica como clínicamente la última enseñanza de Lacan que permite pensar la clínica borromea y sus impasses
Esperamos seguir trabajando y profundizando temas de tanto interés y actualidad en 2018 a fin de intentar estar a la altura de la propuesta del próximo congreso

 

 

LOS MIEMBROS RESPONDEN… En tanto miembro de la NEL, ¿qué resonancias ha tenido la Jornada «La Escuela, ¿qué lazo social?», realizada a un año de la creación de la NEL-Santiago?

 

PAOLA CORNU
«Enlazarse con…».

El día Lunes 4 de Diciembre se realizó tras un año de la creación de la Sede NEL- Santiago una Jornada de Escuela, cuyo eje de trabajo fue: «La Escuela, ¿qué lazo social?».
«La escuela: de la corresponsabilidad y la causa analítica» fue el título al trabajo que presente ese día como un efecto de elaboración provocada, surgida: por un lado, a partir de una frase de Miller que toma de Lacan en «Política Lacaniana», y que ha tenido efecto de provocación a la elaboración y dice «la finalidad es el psicoanálisis y la escuela es un medio». Y por otro, de lo que ha sido este año la creación de la Sede, el lugar de la Causa analítica, el Psicoanálisis, la Escuela y mi formación como analista practicante.
Tras la conversación y el trabajo alrededor de las mesas insisten varios significantes, sin embargo, los que resuenan haciendo eco son: «sorpresa, enlazarse, dejarse enseñar por otros y posición analizante».
Frente a la pregunta ¿qué lazo la Escuela?, se impone rápidamente, la transferencia como lazo posible de trabajo. Enfatizando la importancia del «lazo de trabajo de transferencia con otros», en la Escuela y en el País del psicoanálisis.
En lo personal, creo que este momento de jornada de trabajo nos posibilitará el desafío para cada uno de «autoprovocarnos a una elaboración«. A servirnos de la identificación, de los restos de identificación «en» el grupo y de allí construir confianza y hacer pasar en ella el lazo de transferencia de trabajo «con otros».

 

Felipe Maino
Viento en el paisaje.

¿Qué resonancias la conversación de Escuela? La conversación misma, en primer lugar, esa suerte de polifonía que es una Escuela trabajando. Es tanto lo que zumba en ese enjambre y, sin embargo, quedó en mí un efecto de acorde templado; algo decantó en el cuerpo (donde resuenan los ecos) como un bien sonar, un bien pulsar. Algunas notas fueron tonales, adquirieron mayor peso; me resonó la importancia de estar despiertos y no dormirnos en el automaton (y se situó allí una ética de la formación: no admitir el automaton). Hay que inventar todo el tiempo, ahí donde no hay lo verdadero de lo verdadero, donde no hay un algoritmo que despeje todas las verdades, ahí está lo vivo de la Escuela. Quedó resonando también este principio: que si podemos hablar de «nosotros» en la Escuela no será en la comodidad de la lógica grupal sino en la lógica del «uno por uno» que, de producir un paisaje, nuestro paisaje, será al modo de un jardín de las delicias, cargado de piezas sueltas. «Dejarse enseñar», dejarse «dividir» por el psicoanálisis, «abrirse» a los ecos de otras regiones y otras voces (siendo la NEL un lugar excelente para ello) aparecieron como antídotos a lo que Lacan, en la Proposición sobre el psicoanalista de la Escuela, presenta como desviaciones: la cooptación de sabios, la astucia competitiva, la pregnancia narcisista.
Acompañados por el Comité Ejecutivo de la NEL en pleno, la Escuela conversó y se nos alentó a la incomodidad, a la posición de no saber (que inspira también el querer saber) y, especialmente, al deseo de pase, deseo que de-canta en la Escuela misma que, como señaló Raquel Cors en su escrito, viene al lugar de la inexistencia del Otro del Otro.
Diría fue una conversación neumática, entró aire, fue inspiradora; podría decir que soplamos y ¡nos tocaba soplar! pues cumplimos además un año como sede, pero no para apagar la vela sino para atizar el fuego de la causa analítica. Nos tocaba soplar y el soplido nos tocó, produciendo lo que en la conversación misma se propuso como imagen: el viento en el paisaje.

 

Claudio Morgado
Dejarse incomodar.

¿Qué resonancias respecto de la Jornada «La Escuela, ¿Qué lazo social?»? Seré mezquino en número y diré sólo una que ha tenido para mí, una repercusión especial. «Dejarse incomodar«, fue una de las frases que recorté sobre la mesa que tenía que ver con la pregunta «Si pensamos la Escuela como un lazo social que no está fundado en las identificaciones, ¿Qué destino para las identificaciones? ¿Cómo desde su posición puede pensar la relación entre las identificaciones y la Escuela? Ahí, estaba invitado a la conversación y entre mis notas, capté que esa frase la había dejado sin autor, pese a que a la mayoría de las cosas que se dijeron las atribuí a uno u otro colega. Fue interesante percatarme de ese detalle. Luego recordé quien la dijo, pero la frase por ella misma tiene mucho valor.

La incomodidad, es algo presente desde los primeros meses de vida, el estadio del espejo ejemplifica en términos formales algo de esa incomodidad, la cual resulta más palpable luego de un instante de júbilo. Con esa pista pienso el «Dejarse incomodar» desde a lo menos dos perspectivas. La primera, tiene que ver con la dimensión corporal que se abordó de distintas maneras, en las diferentes mesas. En tal sentido, la Escuela, porque en buena parte de eso se trató, es con el cuerpo de los practicantes y por lo mismo, tan cómoda no es. La segunda perspectiva aborda el punto de la autoridad analítica. La apuesta sostenida por el comité ejecutivo fue a trabajar desde una enunciación singular, desde la posición analizante. Esta, como en la que se pone en juego en la sesión analítica si opera como tal, ha de implicar un consentimiento a dejarse incomodar, ya sea desde el vamos a propósito del síntoma o bien provocado por algún movimiento, deducible de la escucha atenta de un analista. Este último punto es central, pues ese tipo de escucha es particularmente compleja de sostener, en la medida que implica, dejarse enseñar precisamente por aquello que rehúsa acomodarse.

 

Ana María Solis
La Escuela viva

Una precisión respecto de la diferencia de la identificación «con» el grupo y «al» grupo, realizada por Clara Holguín, presente también en el texto de Paola Cornú, me llevaron a recordar uno de los primeros trabajos que escribí sobre mi experiencia en la comunidad analítica, la frase dice así: pasar de trabajarle al Otro para trabajar con otros. Marco el significante experiencia, debido al recorrido realizado en este tiempo y las rectificaciones que esto ha implicado en mi posición analizante. El lunes 4 de diciembre, asistimos y participamos de una experiencia de Escuela, la Escuela viva: contingencia, sorpresa, conversación, elaboración provocada, efectos de interpretación. Dejarse enseñar por esa experiencia de escuela deja un saldo de saber aprés coup, acerca de la posición que había sostenido como miembro, tapando el agujero con el hacer, relación sintomática a la Escuela. En mi análisis, surge la pregunta de cómo hacer con este desafío y cómo eso toca lo más intimo, me divide. Para que la Escuela viva hay que evitar el automaton, dar lugar a la contingencia. Joaquín Carrasco, conversando sobre estos efectos, me recuerda una cita de Miller «Es la política lacaniana: aguardo, es decir observo, no fuerzo las cosas, siguen su curso. Pero no espero nada así no me decepcionaré. Es la gran fórmula de la política lacaniana»

¿Como enlazarse? ¿Como incluir el no todo en esto? Uno por uno, a su tiempo, en su momento. Salir del ideal, de cómo debería funcionar una Escuela. Dar lugar a la singularidad en el lazo, a la Escuela, al lazo de trabajo con otros. Sostener el ejercicio de la pregunta, para no apagar lo vivo de la Escuela.

Lo que resuena hoy en mí, los ecos de esta experiencia de Escuela, es el desafío de inventar otra manera de trabajar. Las palabras toman cuerpo en acto.

 

Carlos García Gaviola.
Una jornada de Escuela a un año de la Sede NEL-Santiago

El lunes 04 de diciembre nuevamente tuvimos una vivificante jornada de trabajo en nuestra Sede. Esta vez, aprovechando la contingencia de cumplir un año como Sede de Escuela, ocasión en la que contamos con la presencia del comité ejecutivo de la NEL, quienes nos propusieron un desafiante tema para pensar el momento en el que estamos y el recorrido que hemos realizado.
La Escuela: ¿qué lazo social?, esa fue la pregunta que se nos propuso abordar, asunto que se ha estado trabajando dese el movimiento hacia la NEL, y que tuvo momentos de elaboración tanto en la creación de la Sede como en las resonancias que le siguieron.
Dentro de los ecos que nos deja esta actividad, destaco los efectos y los saldos de saber que nos permitió escuchar del trabajo de los miembros, en los cuales se pudo verificar, desde los diferentes lugares en que se han situado durante este tiempo, una enunciación que deja entrever las enseñanzas que otorga ser participe y un agente de las diferentes experiencias de Escuela vividas durante este año.
Además, la posibilidad de testimoniar los efectos subjetivos de elegir poner el deseo en una comunidad con estas particularidades, así como las dificultades para efectuar un tratamiento de las inercias grupales que no han podido atravesarse y de los retornos de los que debemos estar advertidos, siendo el dispositivo de la conversación un modo para preguntarse al respecto de estos temas.
Finalmente, destacar las reflexiones en torno al encuentro con el pase como lo que causa el ingreso a la Escuela y a su lugar para pensar la articulación política-clínica del psicoanálisis, por ejemplo, a partir de la experiencia de cómo resuena en cada uno un testimonio de un AE.
Un último saldo que me gustaría subrayar de esta jornada, tiene relación con situar a la conversación como una forma de causar la elaboración del trabajo realizado y para interrogarnos en torno a nuestras necesidades de formación, desde una posición analizante que no desiste en su deseo de saber, y como un espacio para subjetivar y para encarnar la Escuela que hemos elegido.

 

Andres Bralic
Unas jornadas de escuela en acto.

Hace algunos días vivenciamos las Jornadas que marcan un año ya de la creación de nuestra sede. Digo vivenciamos ya que me fue posible encontrar en ellas algo de lo vivo. Me explico. Me llamó la atención el recurso a lo testimonial en muchos de los trabajos, en la línea de aportar con una formalización desde una experiencia íntima, desde la experiencia de una escuela que interpreta de manera particular a cada miembro. Quedaron en mí resonando varios significantes de estos trabajos, el dejarse enseñar (por el inconsciente, por los casos, por las experiencias institucionales, por otros discursos), la humildad, el no-saber como posición, o el marco de lo no sabido al momento de buscar un saber nuevo. Cada uno de ellos me parecen centrales al momento de preguntarse por nuestra Escuela y el lazo que estamos construyendo entre nosotros y con el Otro social.

Pero las jornadas se jugaron en un contrapunto en dos tiempos. En cada mesa, después de las exposiciones, Clara Holguín y Marcela Almanza preguntaron, y al hueso; cada presentación o texto por la estructura misma, vela o hace de semblante de ese real en juego en lo que uno dice, y el apuntar a ese real, trajo efectos, tensión e incluso división en algunos de nosotros (lo comentábamos después de las jornadas), es decir, aconteció lo más vivo. Y es desde ahí donde tomo lo que en mí hizo resonancia, la escuela no como la búsqueda de un nuevo ordenamiento que regule el lazo al modo de una puesta en programa, sino una escuela que propone lazos en constante provocación, hecha de instantes, en acto.

Por lo tanto, más que haber respondido, la pregunta por la Escuela: ¿qué lazo social? Se relanza. Y en esta línea, ¡feliz cumpleaños, sí, pero a trabajar se ha dicho!

 

Paula Iturra
Dejarse sorprender, dejarse enseñar.

Desde el comienzo, la noticia que el Comité Ejecutivo vendría a la sede a un año de su creación me parecía algo enigmático y misterioso, no se sabía de antemano y quedaba poco tiempo. ¿Es siempre así? No tenía historia ni serie anterior para recurrir y tener una respuesta. No ir a lo conocido, no hacer consistir la repetición, lo que se sabe, lo que arma. Me parecía una oportunidad, lo que me despertaba curiosidad ¿De qué se trataba? Se prendía el deseo de saber, ¿Qué quiere el Otro? De a poco algunas pistas. Cada detalle no era una casualidad.

La invitación a producir un texto breve a partir de una pregunta, que llegó a mi mail, a mi nombre. Un año se conmemora con trabajo. Se trataba de responder desde el lugar de «miembro» y de la posición de analizante que se me supone. Leer las comillas con que está el significante miembro. Se trata para mí de no pasar de largo, detenerme, ¿Qué quisieron decir? En el propio enunciado estaba ya el conmover las identificaciones, la de miembro. Y por otra interpelar la posición de analizante, que habrá que ir a verificar y producir una y otra vez. Una pregunta es una demanda, y su propiedad es la de dirigirse a un saber, como señala Miller en su texto «Los preguntones»[1], ¿Desde qué saber responder?

Otra sorpresa. La Jornada de la Escuela tomó otro espacio y escena en la sede, no al modo de un seminario ni conferencia. Una mesa al centro, el auditorio alrededor. Con las preguntas y las respuestas fuimos pasando a la mesa. Como en el Banquete de Platón, cada comensal presenta su versión respecto a la pregunta que nos convoca. Se trataba en acto de responder y en cuerpo presente, Escuela: qué lazo. Recordé a Miller, cuando señala «en el banquete está en juego el lazo social. Y si el Banquete de Platón es el banquete de los banquetes, es porque versa sobre el amor, principio del lazo social»[2].

Voy anudando lazo y conversación… «conversar» viene del latín conversari y significa «vivir, dar vueltas, en compañía». Cada uno rodeando el agujero del no hay, vueltas del propio análisis, cada uno con su versión para ponerla a trabajar en y para la Escuela. Dar vida a la Escuela, una invención, del Uno no sin el Otro.

 

Juan Pablo Bustamante
Un lazo a la Escuela.

A un año de la creación de nuestra sede, ¿qué lazo social concebirle? La jornada redobló una pregunta antes formulada junto a los colegas, en diversas reuniones y especialmente en las reuniones de miembros. ¿Qué significa hacer Escuela? O incluso ¿Qué significa ser miembro?
No en vano ha pasado este último año, el primero de nuestra joven sede. Ha sido un año de inventar maneras, entre varios, cada uno con su deseo en acto. Lo cual no quiere decir -no va de suyo-, que el deseo de cada quien convenga a la sede; no creemos en la armonía, eso nunca anda sin tropiezo. ¡mejor así! Cada quien con su distopía, con su desarmonía. La Escuela acoge lo nuevo, es un lugar para lo singular.
Creo que fue evidente en nuestra recién pasada jornada, que la Escuela se encuentra íntimamente imbricada -en extimidad– con nuestros análisis, que es como tal una experiencia subjetiva, dando lugar a lo que de los análisis puede ponerse en continuidad con la escuela, tanto en sus efectos de formación epistémica, como también en la causación de ese deseo inédito que es el deseo del analista.
Cada uno de los miembros dio cuenta de su relación singular a la Escuela y, en el seno de una conversación que no dejó de hacer resonar los puntos candentes que en la enunciación de cada cual hicieron surgir la pregunta por el analista, se dio lugar al surgimiento de una transferencia de trabajo que animó la jornada.
Queda por saber sus efectos, que sin duda serán la materia prima que relanzará el trabajo decidido de miembros y asociados en este nuevo año por venir.
τὰ πάντα ῥεῖ καὶ οὐδὲν μένει.

 

Escriben los asociados: Resonancias de la Jornada «La Escuela, ¿qué lazo social?».

 

Isabel Margarita Labarca
Resonancias Mesa 1.

Si pensamos la Escuela como un lazo social que no está fundada en las identificaciones, ¿Qué destino para las identificaciones? ¿Cómo desde su posición puede pensar la relación entre las identificaciones y la Escuela?
A raíz de las identificaciones, una resonancia que tengo desde hace un año atrás y que un panelista la vuelve a traer a la mesa de la jornada de trabajo, es la pregunta que nos hizo Clara María Holguín: ¿son chilenos o analistas? Me pregunto: ¿con qué nos identificamos?
Fue una interpretación que quedó dando vuelta y donde cada uno se la ha ido respondiendo en su soledad de lo que es la Escuela.
Es imposible no identificarse; lo importante es que no nos congelemos en las identificaciones. Es una tarea permanente de la que hay que estar advertidos todo el tiempo. No se trata de no identificarse, el tema es a que identificarse, porque las identificaciones tienen efecto sobre los sujetos y hay que ver qué tipo de elección se juega ahí y que hago con ese saber.
Me quedé pensando en la importancia que como efecto de formación no haya automatismo a la formación analítica. Que para no caer en el automatón es relevante dejarse incomodar y que para eso ayuda el conversar con colegas de otras sedes y dejarse enseñar participando en algunas instancias con ellos como por ejemplo los carteles. Me pregunto: ¿podemos dejarnos enseñar? ¿Podemos dejarnos orientar?
Se habló de la dificultad de hacer escuela con las contingencias que se han ido presentando durante este primer año y aparecieron dos significantes importantes «la confianza» y «la paciencia». Confianza que hay otro que nos puede ayudar y que está ahí como el comité ejecutivo. Esto se hace bajo la transferencia de trabajo. Tampoco podemos olvidar que la escuela está constituida como sujeto y por sujetos.
Para terminar me quedo pensando en la pregunta ¿cómo dejar entrar el viento?

 

Edith Beraja
Resonancias Mesa 2.

A un año de la creación de la Sede Nel-Santiago, fuimos convocados a una conversación de escuela que tuvo como objetivo interrogarnos acerca de ¿Por qué y Para qué la Escuela?
Antes que nada me gustaría decir que la actividad en sí misma fue una sorpresa para mí, una invitación realizada con poco tiempo de anticipación y en un día y horario nada habitual para las actividades de escuela, donde había que hacer movimientos importantes para poder asistir. Dije si de inmediato, después vería como me las arreglaría.
Al comenzar la jornada otra sorpresa llamó mi atención, una nueva disposición de las sillas y la mesa en el centro alrededor de la cual se sentaron los tres miembros que responderían a cada pregunta y la directora de la NEL Clara Holguín, Marcela Almanza y Raquel Cors.
Debo admitir que lo anterior me produjo cierta molestia. Qué era esto de no poder ver, de tener a algunos de los participantes hablando de espaldas a mí? Sin embargo, al transcurrir la conversación y a medida que avanzaba la jornada se fue dando un clima de intimidad y confianza diferente al de otras ocasiones.
La conversación se articuló en torno a preguntas organizadas en 4 mesas.
Me toca transmitir las resonancias que provocaron en mí las respuestas de Ana María Solís, Paola Cornu y Carlos García a la siguiente pregunta:
¿Cómo considera Ud. la diferencia entre identificación «con» el grupo y la identificación «en» el grupo? ¿Cómo podría desde su lugar dar cuenta de esta diferencia?
Clara propone pensar a partir del «con» y el «en», si hay alguna forma de lazo social que define al grupo y a la escuela. ¿Qué lazo social para la escuela?
Recorto lo que resonó en mí de cada una de las respuestas de los participantes:
Carlos comenta que pensar en las identificaciones repercute en lo más fantasmático, en el propio síntoma, que es algo que hay que atravesar y destaca «lo que la escuela le ha entregado».
Ana María expresa un cambio de posición del «hacer funcionar» en la Sede a «dejarse enseñar con lo que cojea, con lo que no funciona», esto implicó sostener el agujero, salir de la ilusión del todos iguales, del acuerdo, de la armonía.
Paola subraya en su texto «el lazo de trabajo en transferencia Con otros» y después aclara que para ella había sido una solución en la sede el trabajar Con otros pero no con los mismos, no solamente con los mismos.
¿Qué lazo social para la escuela? Quedan resonando en mí significantes como: sorpresa, atravesar, diversidad, construir confianza, entrega, dejarse enseñar «en» la escuela, enlazándose «con» otros.

 

Carlos Barria
Pase y antídoto.

Un año sosteniendo el Deseo de Escuela. En el marco de un acontecimiento que escande un año de trabajo de la Sede NEL-Santiago, miembros y asociados fuimos invitados a participar en una conversación que tuvo como horizonte interrogarnos por qué y para qué la Escuela. La Escuela como una apuesta de lazo social, decía Clara Holguín. De este día quiero resaltar 2 preguntas. Quiero hacer resonar dos interrogantes que se deducen de 2 intervenciones de miembros de Escuela. En primer lugar, Raquel Cors nos invitó a pensar la temporalidad lógica de la construcción de una Sede de Escuela, en articulación con el hilo del fin de análisis. Si bien al final de un análisis no hay Otro del Otro, el transcurso de un análisis debe pasar primero por el Otro. Así también pasa con la temporalidad lógica de la Escuela. Cómo pensar la Sede sobre las luces de lo que se construye en un análisis bajo transferencia. Esto deja como saldo, la pregunta por cómo construir una sede que primero pase por el Otro, para que en una articulación lógica permita alojar un deseo de Pase. Por otro lado, Felipe Maino nos orienta a pensar la Escuela no en la dirección del saber sabido de la cooptación de sabios, que promueve la pregnancia narcisista y la astucia competitiva, sino en la dirección de la transferencia de trabajo y de la lógica del Pase, lo cual supone confianza. Confianza en la relación pasante-pasador para la transmisión de goce de vida. Cómo pensar entonces, un antídoto ante posibles derivas funestas de la vivificante Escuela del Pase, es decir, de ese saber que no cierra.

 

Maria Jose Junco
No saber como posición del analista.

El tratamiento caso por caso no es un mantra lacaniano que por ser repetido una y otra vez conlleva algún efecto; la singularidad se pone a prueba vez por vez, uno por uno, y, en acto. La escuela pone en el centro el pase y hace de ese acto, acto analítico por cierto, su política. La posición del analista es la de dejarse enseñar, puesto que no hay saber predeterminado sobre un sujeto, hay deseo del analista que permite un movimiento que rodea lo que no-se-sabe, ese un-real que se pone en juego en la práctica analítica, y el pase entonces testimonia, que a cada parletre su invención: un saber-hacer con ese real.

Esta es la política del uno a uno en intención. Desde el encuentro con ese real, con esa hiancia que aparece gracias a la posición de un saber permanentemente descompletado en el caso a caso, se puede ir «dibujando», en palabras de Andrés Bralic, el Otro social, estos son los trazos que permiten orientarse en la época, en la ciudad, en lo local.

Esta política en intención es la que se presentifica en extensión, como acción lacaniana, con cada analista que trabaja en instituciones, que conversa con otros discursos, que puede hablar la lengua del otro para «que sea el Otro el que diga» (estas fueron las palabras de Clara Holguín para cerrar la mesa en que se trabajó la relación entre deseo del analista y acto analítico) y que ello se devuelva a la escuela para nuevamente dejarse enseñar. Este movimiento moebiano que permite en otro tiempo, hacer un esfuerzo de formalización. Movimiento de retorno de lo nuevo, que conviene a los analistas que desean estar a la altura de la época. Despiertos ante el discurso del amo actual, los analistas no salen con pancartas a protestar contra el dominante, sino que hacen existir el psicoanálisis en acto, en el mundo.

Desde la posición de no-saber se combate el riesgo de la autosegregación, con la pragmática del psicoanálisis y su carácter ineludible del trabajo caso por caso, para evocar palabras de Judith Miller, que con su reciente partida, retornan hoy con fuerza, avivando el deseo de los analistas y de las comunidades de trabajo de orientación lacaniana.

 

Video presentado en el brindis por un año de la creación de la NEL-Santiago

NOTAS

  1. Miller, J. A. Los Preguntones en Introducción a la Clínica Lacaniana, conferencias en España, Barcelona, RBA Libros, 2006.
  2. Miller, J.A. El Banquete de los analistas. Editorial Paidós, Buenos Aires, 2010, p. 15